viernes, 4 de octubre de 2019

No te ofendas si no te quiero


No te ofendas si no te quiero,
tú no hiciste nada,
soy yo que no puedo.

No te quiero porque no quiero nada.
No sé hacerlo.

Aprendí que el mundo es un asco y cada día meto un poco la pata en destejer ese pensamiento.
Quizá es que verdaderamente es un asco,
y también soy yo poco capaz de ver lo bueno.

No te quiero porque no puedo.
No me enseñaron a hacerlo.

Me impusieron el amor como si fuera una ordenanza,
y ahora no tengo ni idea de qué hacer con todo eso.

Pero aun así quiero darte las gracias,
porque en mi no quererte veo que yo tampoco me quiero,
y en mi no quererme es el único lugar en el que me acepto.

Me acepto como no-culpable de todo esto que me invade y está infecto.
Me doy cuenta que si bien algunas cosas llevan un tiempo, también se aprenden,
y en eso sí nos entendemos.

No te ofendas si no te quiero y te lo digo sin miedo.
Nosotros nunca jugaremos bajo las normas de lo impuesto,
eso ambos lo sabemos.

Nos amemos sin Amor,
sin expectativas,
nos sepamos inciertos.
Nos saquemos toda forma de opresión
y toda mentira sobre lo incorrecto.

Que donde haya un corazón no haya sumisión,
que donde pueda latir uno puedan latir dos,
y tres,
y cuatro,
y un millón,
y todas las demás letras,
de este infinito alfabeto.





No hay comentarios:

Publicar un comentario