martes, 15 de octubre de 2019

El peso del no pasar

Te dices ya pasará, no volverá a pasar o siempre se pasa,
y pasa que no pasa. 

Pasa que no deja de pasar ni de pesar. 

Y cuando creías que ya estaba, porque no lx creías capaz de ir más allá, se te presenta de golpe y sin aviso previo, cuando ya no lx puedes frenar. 

Pasa que no se pasa ni pasa y pesa. 

Pasa que no se puede parar y por más que lo intentas siempre te sobrepasa. 

Pasa que no sabes lo que pasa y aunque lo supieras nada cambiaría en realidad. 

Llueve ahí afuera, la perra se te acurruca en medio de las palabras y se te ocurre que lo único posible es dejarlo pasar, mientras la vida pasa y se pasa contigo sin piedad. 

Te gustaría ser otra cosa y eso pesa. 

Te gustaría no sentir todo y algo más y eso no pasa. 

Te gustaría que pase ya y eso no pasa, 
ni ahora ,
ni Nunca Jamás Neverland.

Miras vacía el patio buscando un “por fin basta ya” y el patio ni se molesta en devolverte la mirada. 

Comes cantidades ingentes de pan con manteca al calor de una buena leche chocolatada y el vacío sigue igual en los días en que ni el estómago se sabe llenar. 

Sigues desesperada por pasar, pasar de todo lo que pasa, pasar hasta de pasar para ir un poco más allá,
y Nada. 

Pero al menos, te dices, al menos te quedan estas letras,  
estas letras que pesan 
y pasan, 
pero pasan DE VERDAD.

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