martes, 16 de junio de 2020

Crónicas argentinas parte VII: El lugar en el espacio


En Argentina cuando no hay lugar significa que no hay sitio.

Escribo esta frase y me cuestiono a mí misma: ¿Ofendería a algún leyente argentino ese “significa”? ¿Debería cambiar “significa” por otra palabra o expresarlo de otro modo? ¿Pensará algún argentino o español que escribo “leyente” porque no sé que se dice “lector”? 

Desde que llegué mi opción fue guardarme la frase entera para mí y, antes aún de llegar, ya empecé con lo de guardarme las palabras inventadas. Ésa y otra tonelada más, cada día, de frases y palabras hasta que aprenda, o desaprenda, que esto se dice así y lo otro simplemente “no existe para los demás".

Mi cerebro abre entonces la cajita de “Variaciones del lenguaje a considerar”: En Argentina cuando no hay lugar significa que no hay sitio. Después van de par en par las compuertas del buque trasatlántico “Palabras Inventadas”: leyente.

Y sigo.

Para mí, en el modo de hablar en el que yo nací, el lugar es un sitio, una ubicación concreta. Sin embargo, hoy me escuchaba a mí misma contándole a alguien que no encuentro mi lugar, que no sé si alguna vez lo tuve en algún lado, y me daba cuenta cómo ese lugar incluía un espacio alrededor mío que nunca antes había imaginado cuando decía no encontrar mi sitio.

Ese espacio supone una diferencia y esa diferencia genera una corriente de aire alrededor que también me alivia y me acerca a algo muy concreto desde un lugar (sitio) muy extraño.

Últimamente no sé ni lo que hablo, así que tremendamente difícil saber qué es lo que escribo, pero lo intentaré traducir lo mejor que pueda.

Antes de venir sentía que debía construir algo. No algo afuera, sino los cimientos de algo adentro, una estructura, no sé, algo.
Ese algo se delimitaba a mí y finalizaba en mi piel. Más allá de esas células se encontraba el siemprehiriente mundo hostil.
El problema era concebirme como sitio y escribiendo es que he podido aclararlo:

No hay lugar, como sitio, sin lugar, como espacio, como espacio entre todos los "algos" que existen de un modo delimitado.

Y aunque no se entienda mucho lo que digo, o más bien sea súper difícil explicarlo, si bien, incluso, no sea esto más que la representación de algo extraordinarimente personal y totalmente desquiciado, lo cierto es que respiro distinto después de contarlo. 

Debe ser que en este país hay algo más de espacio.