Tengo 24 años y estoy soltera.
Estudio, trabajo, como, duermo y la tercera función vital también. Para algunos
me va bien, para los que saben un poco más no tan bien, para la sociedad soy un
número disfuncional.
Los tertulianos critican a la
juventud. Parece ser que no hacemos nada, que no hacemos nada en el sentido más
espiritual o comprometido de la palabra. Sí, parece ser que no hacemos nada, o
eso dice la radio cada vez que decido envenenarme escuchando su asfixiante sintonizar de
ondas negativas.
Estoy de acuerdo, no hacemos
nada, pero tampoco ustedes lo hacen “¿Dónde está esa juventud comprometida de la época
de la dictadura franquista?” Jubilada señores, jubilada o en prejubilación,
probablemente dedicándose a lo que realmente le gusta, sueño vital de la
mayoría de trabajadores de nuestra suciedad. Parece mentira que no sepan esto,
señores analistas, tertulianos, cronistas, desilusionistas, critiquistas y frustristas.
“Ya no existen idealistas como
los de antes” Por supuesto que no y ¡menos mal! Porque si fuesen como los de
antes no serían como los de ahora mis señores.
El verdadero problema mis
queridos comodones, comodines y comodistas es que no existe la conciencia de
irrealidad, la aceptación que verdaderamente nos libera de idealistas como los
de antes y esa juventud comprometida de la dictadura. La capacidad y desarrollo
necesarios de herramientas humanas que nos permitan pintar el futuro sobre un
fondo vacío y proyectar en él nuevas
bases de ideas o nueveas, o como queramos llamarlas, porque no van a ser nada
de lo que ha sido antes.
No, los jóvenes no sabemos solucionar
problemas porque lo que tenemos que
saber es la regla de tres, la tabla periódica, en qué año murió fulanito de tal
y cuál fue la obra más importante de menganito de cual.
Si no les causa mayor
inconveniente, por favor, la próxima vez que abran eso que tienen bajo la nariz deténganse a
pensar de dónde viene lo que van a lanzar a su papel borroso, su micrófono
oxidado o su teclado artrítico. Puede que les sorprenda lo increíblemente
osteoporótico y plagiado que resulta su discurso, pero no se preocupen, nunca
es tarde para aprender a ser libre.
Tengo 24 años estoy soltera y
queridos contertulios me va bastante mejor de lo que muchos piensan o hacen que.