martes, 21 de marzo de 2023

Derrida

Todos los días son distintos.

Las noches también.


Todo cambia todo el tiempo.

Aunque me resista,

sucede.


Busco patrones, 

lo que me hace bien.


Trato de encontrarme,

reconocerme,

escuchar una voz que no sé si existe.


Soy un millón de voces.

No hay un Ser.

El Ser es muchos seres. Muchos Seres a la vez.

Y un solo Ser es también muchos Seres,

Probablemente tantos como instantes caben en mi piel.


Me alivia despertar y no saber.

Me reconforta no ser nadie.

jueves, 16 de marzo de 2023

NO VAS A PODER

 Oiga.

Déjeme decidir a mí lo que sí y no voy a poder.

O mejor.

Usted, señora.

Déjeme un poquito en paz. Deje un ratito de opinar. No se meta en mi vida tanto, no se meta nada, ni un poquito, que molesta, que da para atrás, hablando en plata.

"No vas a poder"

Según unas cuantas no iba a poder parir. Bueno...

No iba a poder dar la teta, no iba a poder yo sola... Bueno...

Y claro que muchas veces no puedo.

Muchas veces no puedo parir, muchas veces no puedo dar la teta, millones de veces no puedo sola. No, por supuesto que no. Porque no todo se puede todo el tiempo, porque hay cosas que no se pueden nunca y cosas que se pueden siempre y otras que a veces. Porque la vida es así, mal que les pese a los que quieren ir por ahí mandándose sentencias de todo.

Odio el "no vas a poder" Y no es porque me lo crea del todo, que a veces sí, si no porque ¿Quién coño es usted y que sabrá de mí como para decidir desde ese lugar y de esa manera?" 

"Claro que voy a poder" me digo reactivamente, con rabia y haciéndome mierda proque muchas veces quiero poder para joder a todas esas señoras y tampoco es así. 

Podré lo que pueda.

Haré lo que quiera.

Y sobre todo, muy sobre todo, mandaré mucho la mierda.

martes, 17 de enero de 2023

Comienzo hoy, torpemente

Comienzo hoy, torpemente, con este salto al vacío, torpe.

Escribiré a dirario, si puedo, porque pronto la vida se me va a complicar. Más. 

Pero no quería escribir sobre esa bella complicación que se abre paso desde mis entrañas. Quería escribir sobre escritura. No. Quería escribir sobre la vida del artista y su imposibilidad inventada.

No sé si es un libro de autoayuda o una Biblia, pero estos días ando leyendo palabras alentadoras que me han lanzado al agua sin red. Julia Cameron y su llamada me están calando en profundidad ya pasada mi fecha supuesta de parto. Apareció en la más oportuna de las circunstancias, ahí donde la creatividad explota y a la vez está totalmente contenida. Es raro hablar de ser un canal para la escritura cuando mi propio canal permanece cerrado esperando la hora.

También habla de censura Julia, y es la que me encuentro desde la segunda línea cuando ya estoy convencida de que la bazofia que emana de estas teclas a nadie le va a importar, mucho menos a mí. 

Es difícil saltar sin red. Incluso cuando a una supuestamente la respaldan algunos pares de premios literarios, felicitaciones por sus recitados y hasta alguna remuneración económica después de haber sido fichada por dudosos olfateadores del gremio.

Sigue siendo difícil seguir el llamado del Arte porque la autoestima lo aniquila. Su falta. Su ausencia en muchas etapas vitales.

Y, sin embargo, nunca deja de estar ahí. Y, por suerte, ataca feroz muchas veces. Y, por más suerte, a veces hasta tiene la capacidad de empujar, abrir el canal y asomarse a ver qué pasa del otro lado.

La voz de la exigencia se instala en mi nuca y mi sien. Tiene claro que este texto nunca debería ser publicado. Yo también, si yo fuera esa voz. Pero sé que no lo soy. Al menos hoy sé eso. Y aunque ni nada ni nadie podría sacar de mi cabeza la idea de que he escrito cosas mucho mejores, sé que estas palabras hoy han de salir a flote sin red. El océano es norme.