viernes, 20 de enero de 2012

No necesito que nadie me explique esta silla vacía

No necesito que nadie me explique esta silla vacía a mi izquierda


No quiero saber dónde ni cuándo
ni cómo ni por qué
ni una pizca de ti queda en ella.

Porque cuándo es ahora,
cómo es un modo u otro,
y por qué nunca tiene respuesta.

Detesto este olor a ausencia
las palabras que en el aire ya no vuelan.

Detesto esta silla vacía,
un esqueleto de madera a mi izquierda.

No me hacen falta parches de consuelo, razonamiento o entereza.

Porque el silencio basta para dibujar tu silueta,
es suficiente el recuerdo para rememorar aquel día de fiesta,
las risas, los gritos,
las bromas y las peleas.

Es tan simple como que ya no estás,
tan sencillo como que en esta silla ya no te sientas,
crudo como la realidad
que ya no reposa sobre la madera.

Así que no necesito saber nada más que lo este mueble me cuenta

Que solo ya en mi memoria podrán vivir tus poemas
y que la vida escoge mi silla
dejando la tuya desierta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario