martes, 5 de noviembre de 2019

De creer a crear y viceversa

Una caricia en la nuca desde la coronilla una tarde de lluvia.
La tarde de lluvia y un chocolate caliente.
Unas palabras a punto cuando todo male sal.
“Estoy aquí contigo, justo aquí, y justo ahora”
“No lo olvides”
“Esto también va a pasar”


Parar en el momento preciso en que empieza el huracán.
Detenerse,
en el ojo del huracán.
Aprender el significado de esperar,
o traducirlo para que al menos se entienda:
"L’espoir"

Mirar con los ojos del otro.
Mirar sus ojos sin que duela.
Que duela y volver a mirar llorando unas palabras a punto
“Yo también te entiendo”
“A mí también me pasa”
“Toma mi mano, camina, hoy yo te llevo de vuelta”

Compartir una porción de tarta.
El café.
Mirar en el fondo de la taza la borra y no pensar en nada.
Dibujar la propia con la cucharilla y bostezar.

Un animalito acurrucado sobre la tripa.
Mi mano izquierda sobre su lomo,
la otra, escribiendo estas letras y después aderezarlas lo justo para que se entiendan.

Respirar vientre con vientre el mismo aire en una tarde de lluvia.
Tu mano sobre mi nuca y sobre ella  una caricia, 
una caricia que se arrastra desde la coronilla bajo este tiempo que nos cala.

Calarnos y callar.
Callar y no hacer nada.
No escribir ni media letra más.

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